Vivo en el último Santo Domingo,
Un arrecife alto donde no llegan olas, ni palomas.
Todavía luchamos con la basura, es nuestro destino,
Los discursos y afiches políticos no terminan.
Parece mentira, aún somos una isla del Caribe,
La ciudad está vacía, nadie sale a las calles,
Sólo dementes, vagabundos, Funcionarios y Ministros.
Sorprende todavía la invencible luz del sol
Tratando de calentar la imagen del día.
Impresionante.
ResponderEliminarJaime