jueves, 29 de septiembre de 2011

Second Round

Con tus ropas rápidas y tus salidas de último segundo,
con tus alimentos poéticos,
dulces de leche tragados en la parte de atrás
de alguna camioneta camino de Higüey, La Seiba,
con tus zapatos de dos colores y tu sombrero de pluma en zona apache,
escuchando a Benny Moré y a Pérez Prado,
con tu casco de bombero con la bandera de otra tierra,
siempre otra tierra, otro mar, otro idioma,
con tu “Yo soy poeta y tengo derecho a emborracharme cada vez que pueda”,
tu río Yuma, tus manos de guano y tu tigueraje de parque de pueblo en los bolsillos,
tú eras el tipo de taxista que encuentra siempre un camino para cruzar “El Periférico” sin tocar bocina,
de los que le prenden a los clientes, no lo niegues, eso es justo lo que todo el mundo busca: “Extrange fascinations”,
tú eras un coro de cinco mil trompetas,
un panal de avispas, un chorro de miel en cada dedo,
tus ojos vieron cosas terribles que murieron contigo como tus amantes.

Te estoy construyendo porque no te conozco,
porque nunca nos cruzamos en el Súper Mercado
con una resaca luminosa, de esas que no se superan sin compañía,
porque estoy viendo tu foto en un periódico viejo y no te encuentro,
porque nunca te veo en los periódicos,
porque nunca te veo.

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