Espero tener cien años cuando termine ese son,
No quiero ser huesos verdes en la puerta del baño,
Seré al que le dejan la barra abierta con suficiente cerveza
y el salón lleno de mujeres para con ritmo sudar.
Espero ser cada vez más joven para soplar la trompeta,
Subirla en ese piano que sale a atropellar rodillas,
Sobando nalgas con nalgas, nota con espalda encuera
Y los silencios suaves se oirán en Nueva York.
Esto ya no es cuestión de edad, bailas o bailas,
Aunque en el suelo tengas que convertirte en alacrán,
Nada tiene más peligro que tú envenenando un talle,
Más peligroso es el talle que se deja envenenar.
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