sábado, 17 de diciembre de 2011

Para mi bella hermanastra Alessandra Riccobon

Te miro a los ojos y me quemo a gusto,
podría pasar siglos arropado en tu cuerpo,
es una suerte que aquí no haga frío,
si hiciera te robaba como horno italiano.

Eres una importante estrella en este universo,
Una tan importante como la Osa Mayor,
Estableces el rumbo hacia donde va la noche,
Tus ojos son guías certeros que hacen crecer.

La fantasía te rodea, es tu estola,
Haces precioso el mundo dondequiera que vas,
Todos los colores, las más bellas formas,
tus preciosos ojos pasean con elegancia como dueños de todo.

Todas las cosas se relajan cuando llegas,
Los colores brillan como nunca, es tan bello estar a tu lado,
Las paredes parecen almohadas, la música fluye,
Las palabras flotan, todo sueña contigo, ¡acaba de venir!

¡Necesitamos poesía!

Los días sin poesía son días mudos,
tal vez alguien se sentó sobre algún control remoto
y presionó Mute.
Quizás alguien lo hizo a propósito,
no es un maíz escuchar un poema político,
sin haber desayunado.

tampoco se escucha un aguacero,
ni una cascada suena por alta que sea,
ni suena la greca cuando sube el café,
en el play no se escucha al público gritar eufórico
cuando el umpire de home grita “striiiiiiike out”,
ni cuando el bateador sacude una pelota que venía a 97 millas por hora
y los fielders por el sonido pueden calcular la distancia del home-run,
pero si la pelota no suena no se sabe a dónde llegará.
Sucede con más frecuencia de lo que uno se imagina,

no nos damos cuenta,
como no se dan cuenta los actores de una película
cuando presionamos Mute en el control remoto del televisor.
Son días sin poesía, de amor en Mute,
algunos poetas argumentarán
que es la más reciente forma de hacer poesía,
pero bah…todo poema tiene su música.

Algunas personas nacieron en Mute,
entonces si uno les hace el amor debe gritar
todas las malas palabras que conoce
e inventar otras y gritarlas a todo pulmón,
como si nuestra vida dependiera de ello
y por supuesto, nuestra vida depende de la poesía.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Larissa can't sleep.

Son las diez y veinte y tres de la noche
de un Martes cualquiera
Y de pronto el teléfono chilla y tiembla
Con una pregunta de Larissa:
“Mami, precisamente ¿a qué hora nací yo?”

No se trata de sus cuarenta y uno inminentes,
Papi dice: "Cada año ocurre algo similar,
No sólo la longaniza repite,
fíjate, ninguno de los otros dos amaneció tan preclaro”.
Rápido Mami coge el teléfono y habla como si corriera:
“Muchacha, busca un lápiz pa’que apuntes”,
y mirando el reloj sentencia: “Diez y media A. M.” y cuelga.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Solo.-

Qué triste,
ningún amor me atormenta.
Pasan las noches
y hasta el temor se aleja,
estoy más solo que bolsillo de pobre.