domingo, 20 de noviembre de 2011

Soy otro poeta.

No me visita la Diosa poesía,
Después de haber jugado en mi cama tantos años,
bajo juramento mi soledad le ha confesado:
“El poeta ya no se hace daño”.

La maldita no soporta verme sobrio,
Dobla mis espejos, desdobla mis sueños,
Un millón de palabras suenan, suenan, suenan...
Hasta que mi serenidad levanta su tormento.

No entiende que soy otro poeta,
ya no quemo mi cerebro a metaforazos,
disfruto más el fuego de cada palabra
y prefiero la templanza al azur maldito.

Como si nunca hubiera masticado vidrio,
Tragando millones de palabras por segundo,
ahora puedo crear sin límites,
Respiro cada vez mejor, respiro cada vez más libre.

domingo, 13 de noviembre de 2011

The place I love best.

Nadie te traerá a este lugar, yo mismo he olvidado el camino,
Es un sitio muy solitario, no envejezco cuando estoy en él.
En cualquier momento me llevará la luna como si fuera su crío,
sólo debo esperar que esté llena y me arrastrará como a lobo.

La gente me dice: “¡Hace años no te vemos!”, y sólo estuve allí unas horas,
Casi siempre vuelvo alegre al mundo, más alegre me alejo de él.
Por supuesto no olvido a ninguna mujer, es inútil, son mi ser,
Ahora mis mujeres son la luna, las olas, las palabras.

A veces creo que soy un gigante solitario, así de grandes son mis pensamientos,
Sólo tengo que hablar con las olas, escucharlas un momento para saber lo que soy,
Es inútil tratar de olvidar; la luna, las olas, las palabras todas me hablan
Como si las hubiera inventado para entretenerme, como si fuera su único dueño.

Ese es mi lugar, palabras de nadie me hablan y todo astro sabe de mí,
No hace falta hablar ni hay que estar muy atento, ¿a qué?, solamente hay que ser.
¿Qué ha pasado en este mundo que no sepa el sol o la luna, algún astro, una ola
o una mujer? Ese es mi lugar dondequiera que esté.

¡Si puedes llegar ven!

Sábado de Noviembre

Vivo en un edificio de La Tiradentes,
los sonidos suben de la calle como de un río:
Guaguas suenan como vapores, carros como lanchas, motores como motores.
La gente pita, aplaude y grita:
“la moitié mujel, mila mujel la moitié”,
Golpes de mandarria contra metal pretenden destronar al sol.

Es sábado y son las diez de la mañana,
la ciudad trabaja y ahorra para navidad,
sólo eso explica el sonido constante de herramientas pesadas,
en cualquier lugar trabajan picos, palas, cueros, sierras, hombres, grúas y camiones…
Por donde quiera pasan guaguas voladoras, carros públicos, taxis, motores y mucha gente a pies.

El día suena a primera tanda de lunes, no a sábado,
A personal motivado, oloroso a jabón de cuaba, sudor, cigarros, aceite y café.
Hoy se trabaja de manera ejemplar por primera vez en todo el año
nadie atiende a sirenas, hay que trabajar.